Capítulo 12

soñando con unicornios

 

El renovado interés por Blade Runner experimentaría un empuje definitivo gracias a Michael Arick, un conservador cinematográfico que trabajaba para Warner Brothers. En septiembre de 1989, Arick encontró en los archivos del estudio en Hollywood unas latas de película que llevaban la inscripción:Blade runner. Suponiendo que probablemente se trataría del “montaje internacional”, la versión más explícitamente violenta que se estrenó en Europa y Asia en 1982, el conservador no llegó a ver la copia, que siguió almacenada en los archivos.

A comienzos de 1990, el Cineplex Odeon Fairfax Theater de Los Angeles solicitó a Warner Brothers una copia de Blade Runner para la retrospectiva de películas en 70mm que la sala iba a organizar en mayo de ese año. Recibida la copia, se programó una proyección de Blade Runner para el 6 de mayo.

Sin embargo, la película que se exhibió ese día era radicalmente distinta al Blade Runner que todo el mundo conocía. De hecho, existían más de setenta diferencias entre esta versión, el montaje americano y el internacional. Las dos más significativas, sin embargo, eran la virtual ausencia de la narración en off de Harrison Ford (excepto un pequeño fragmento cuando Roy Batty muere en el tejado) y el clímax de la historia. En vez del final feliz que se vió en el estreno original, esta copia finalizaba con Ford y Sean Young entrando en un ascensor, cuyas puertas se cierran tras ellos24.

Arick decidió ponerse en contacto con el propio Ridley Scott, para averiguar qué montaje de Blade Runner era el que había visto. Así, el 27 de junio de 1990, el director asistió a una proyección privada de esta copia en las oficinas de Warner Brothers, y la reconoció como una versión en 70mm de la prueba de trabajo que se había utilizado para los pases de Denver y Dallas en 1982. La mezcla de sonido era muy cruda y la música de Vangelis estaba ausente de los últimos rollos; pero Scott se mostró feliz de verla otra vez, y sugirió que sería una buena idea restaurarla y reestrenarla como un “Montaje del Director”. Sin embargo, Warner Brothers rechazó su propuesta.

En abril de 1991, la copia en 70 mm de Blade Runner volvió a exhibirse en Los Angeles, en el marco de un evento llamado UCLA Perspectives Multimedia Festival. Al igual que había sucedido en el Fairfax, las entradas se agotaron con una semana de antelación, y hubo que programar un segundo pase.

Warner reaccionó ante el renacido interés en Blade Runner con un reestreno limitado del film original en agosto de 1991. La positiva respuesta de los aficionados animó al estudio a hacer una copia en 35 mm de la “versión alternativa” en 70 mm para lanzarla comercialmente. La nueva copia se estrenó el 27 de septiembre de 1991 en el NuArt Theatre de Los Ángeles, rompiendo el récord de taquilla de la sala. Irónicamente, diez años después de su fracaso inicial, Blade Runner se había convertido en un éxito de público.

 

 

La obsesion de ridley scott

 

Ridley Scott estaba en Londres trabajando en la pre-producción de 1492: la conquista del paraíso, cuando se enteró de que la copia de trabajo de Blade Runner se estaba exhibiendo en las salas americanas. El cineasta se puso furioso porque esta versión se publicitaba como un “Montaje del Director”, cuando en realidad no lo era. También pensaba que la cinta no cumplía los requisitos mínimos de calidad técnica para ser presentada al público.

En octubre de 1991, Scott voló a Los Angeles para discutir la situación con Warner Bros. El estudio sostenía que la copia de trabajo estaba teniendo tanto éxito que lo mejor era lanzarla como un “Montaje del Director”. Scott, por el contrario, abogaba por utilizar esa copia como base para crear un nuevo montaje de Blade Runner, a partir de los negativos disponibles del metraje original. La Warner aceptó, y se encargó a Michael Arick la supervisión del proceso de restauración, dado su compromiso con la cinta. El acuerdo también establecía que la copia de trabajo sería retirada de las salas y no volvería a exhibirse hasta marzo de 1992, cuando Scott debía entregar su nuevo montaje finalizado.

Las primeras decisiones de Scott fueron: eliminar completamente la narración en off de Deckard; sustituir el final feliz por el clímax donde las puertas del ascensor se cierran ante Deckard y Rachael; añadir el metraje extra de violencia visto en el montaje internacional; reinsertar la escena en que Deckard visita a Holden en el hospital; y, ante todo, incluir la secuencia del unicornio25.

La escena onírica del unicornio había acabado por convertirse en una obsesión para Scott. Se rodó en Londres durante la pos-producción de Blade Runner y, originalmente, tenía lugar cuando Deckard está en su apartamento tocando el piano; de repente, la toma cambia a un unicornio que corre por el bosque, sacudiendo la cabeza. Después volvemos a ver a Deckard sentado al piano.

Esta controvertida secuencia fue una idea que a Scott se le ocurrió durante el rodaje; nunca estuvo en el guión. El realizador quería que esta ensoñación cobrase toda su relevancia al final de la historia, cuando Gaff deja un unicornio de papel en el apartamento de Deckard. Esto debía sugerir que Gaff conoce sus pensamientos más íntimos y que, por consiguiente, Deckard es un replicante.

El director estuvo dándole vueltas al concepto del sueño hasta que, en el último momento, tuvo la feliz idea del unicornio.

, explica Scott. «Había predeterminado que ésa sería la pista más clara de que Deckard podía ser en realidad un replicante. Finalmente comprendí que tenía que pensar en una imagen que fuese tan personal que sólo pudiese pertenecer a los pensamientos íntimos de un individuo. Y así fue como llegué al unicornio.»

Esta escena fue la penúltima que se rodó para Blade Runner (sólo el final feliz se hizo en una fecha posterior). La filmación tuvo lugar a principios de enero de 1982 en Black Park, una zona de bosques cerca de los estudios Pinewood de Londres. Un semental blanco hizo las veces de unicornio, con un cuerno de poliestireno pegado en la frente. La toma se completó en apenas un día26.

Scott quedó muy complacido con su secuencia del unicornio. En Tandem, sin embargo, estaban menos felices. Nadie sabía descifrar su significado. no la entendéis, ¿qué sentido tiene que os la explique?, protestó Scott. Finalmente, Tandem le ordenó eliminar esa escena.

 

 

¿Dos montajes del director?

 

Michael Arick pasó las últimas semanas de 1991 encerrado en los archivos de Pinewood, buscando como un loco los viejos fragmentos de película que Ridley Scott quería insertar en su “Montaje del Director”. Los problemas empezaron cuando descubrió que los negativos originales de las escenas eliminadas de Blade Runner habían desaparecido.

, recuerda Arick, «y sólo encontramos los positivos de los descartes y pruebas que habían estado almacenados en los archivos de Pinewood desde 1982. Eso significaba que cualquier nuevo material que insertáramos en el “Montaje del Director” no se vería tan bien como el resto del metraje, porque los nuevos negativos tendrían que hacerse a partir de positivos27».

La Warner aplazó la fecha de entrega del nuevo montaje de Scott hasta septiembre de 1992, con la esperanza de que los negativos de las escenas descartadas acabarían apareciendo. Entretanto, para cubrirse las espaldas, empezaron a restaurar su propia copia de trabajo, limpiando las imperfecciones de imagen y sonido. El resultado fue una versión en 35mm de gran calidad, con nuevos títulos de crédito finales y una remezclada música original de Vangelis.

En agosto de 1992, Scott descubrió que el estudio planeaba estrenar esta copia mejorada como el “Montaje del Director” oficial de Blade Runner, sin la escena del unicornio, al no haber podido encontrar los negativos perdidos. Scott montó en cólera y amenazó con poner anuncios a toda página en las publicaciones de la industria repudiando esta versión si se estrenaba sin su consentimiento.

Para calmar la tensión y tratar de encontrar una alternativa aceptable para todos, las dos partes se reunieron de nuevo. Warner Bros. pidió a Scott que autorizase el estreno de la copia restaurada; pero el director les recordó que el acuerdo original hablaba de un montaje aprobado por él. Finalmente, se llegó a una solución de compromiso: el estudio no lanzaría la copia de trabajo si Scott podía entregar su versión de la película antes de la fecha límite de septiembre de 1992.

Este nuevo acuerdo significaba reducir drásticamente el concepto original de la restauración, y resignarse a entregar un montaje que sería sólo una versión ligeramente modificada de la película original.

Scott debió pensar que mejor eso que nada, y se puso manos a la obra. Para el nuevo “Montaje del Director”, quería eliminar la narración en off de Harrison Ford, reinsertar el ojo gigante de Holden al principio del film, recuperar el final en que las puertas del ascensor se cierran ante Rachael y Deckard y remasterizar digitalmente la banda de sonido. Pero por encima de todo, insistía en que la escena del unicornio tenía que estar en la película.

Y entonces se produjo el milagro: un positivo de la toma original del unicornio apareció en los archivos de los estudios Rank en Londres. Era un descarte que Scott hizo en 1982; estaba descolorido y muy sucio, pero era lo único que había. Este positivo fue enviado a Los Angeles para limpiarlo y corregirle el color. Después se sacó un nuevo negativo, que se insertó en el metraje final. Por esa razón, en el “Montaje del Director” la calidad de la escena del unicornio no se corresponde con el resto de la película.

Pero esto también desmiente la creencia, sostenida por muchos fans de Blade Runner, de que Scott extrajo esta toma del unicornio de su película de 1985 Legend. Lo cierto es que, a pesar de su mala calidad, se trata de la escena original (o al menos, de una copia de la misma).

A pesar de todas las dificultades, Scott entregó su “Montaje del Director” de Blade Runner a Warner Brothers el 4 de septiembre, apenas una semana antes de la programada fecha de estreno. Sin embargo, no quedó completamente satisfecho con el resultado final.

, comentaba resignado. todo el proceso hubiese sido un poco más tranquilo, hubiésemos tenido las escenas de violencia y un nuevo doblaje para la escena del hospital. Pero al menos conseguí mi unicornio.

El “Montaje del Director” de Blade Runner se estrenó el 11 de septiembre de 1992 en cincuenta y ocho cines de todo el país, conmemorando el décimo aniversario del lanzamiento original. Con toda su grandeza restaurada a la escala de la gran pantalla, Blade Runner resplandecía como nunca, y esta vez el público sí respondió. La película consiguió la mejor media de recaudación por sala en ese fin de semana. A mediados de octubre, se proyectaba en noventa y cinco cines, y se mantuvo durante diez semanas entre los cincuenta films más taquilleros en Estados Unidos (su recaudación final fue de 3.740.000 dólares). Este éxito continuó en Europa, Japón y Australia. Las reseñas en prensa fueron en general más positivas que en 1982, pero ahora Blade Runner era inmune a las opiniones de los críticos.

La prueba definitiva de la recuperada grandeza de la obra maestra de Ridley Scott fue su inclusión en el Archivo de Conservación de Películas de la Biblioteca del Congreso de EE.UU. en 1993. Un logro al alcance de muy pocos films, menos aún de uno perteneciente a un género tradicionalmente considerado “poco serio” como la ciencia-ficción.